En este artículo te explico cuál es la pena por amenazas verbales.
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Cuál es la pena por amenazas verbales
En España, las amenazas verbales son un delito regulado en el Código Penal. La pena por amenazas verbales dependerá de diversos factores, incluyendo la gravedad de las amenazas, el contexto en el que se hicieron y si se han producido daños o lesiones como resultado de las amenazas.
En general, las amenazas simples suelen ser consideradas un delito leve, y la pena por este tipo de amenazas es una multa o una pena de prisión de hasta tres meses. Sin embargo, si las amenazas son graves, han causado daño o han sido dirigidas a ciertas personas, como funcionarios públicos o testigos en un proceso penal, las penas pueden ser más severas.
Las amenazas verbales y la violencia de género
Las amenazas verbales en el contexto de la violencia de género se consideran un delito grave y están penalizadas de manera más severa debido a la gravedad de la situación. La Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género establece medidas específicas para prevenir y sancionar este tipo de violencia.
Las amenazas verbales en un contexto de violencia de género pueden dar lugar a penas de prisión de seis meses a un año, según lo establecido en el artículo 171.4 del Código Penal español. Esta pena es independiente de cualquier otro tipo de violencia o maltrato que pueda estar involucrado en el caso.
Además, la Ley de Violencia de Género en España contempla medidas de protección para las víctimas, como la orden de alejamiento, que puede imponerse al agresor para garantizar la seguridad de la víctima.
La investigación
En España, las amenazas verbales pueden ser perseguidas de oficio o a instancia de parte, dependiendo de la gravedad de la amenaza y de las circunstancias específicas del caso.
En general, la persona que se siente amenazada o cualquier otra persona que sea testigo de las amenazas debe presentar una denuncia ante la policía o el juzgado para que se inicie una investigación.
Es decir, que la acción legal se iniciará a instancia de parte, dicho de otra manera, que las amenazas verbales deben ser denunciadas por la víctima o por un tercero para dar inicio a una investigación por parte de la policía.
Pero en los casos más graves de amenazas verbales, como aquellas que involucran violencia de género o que se consideran una amenaza para la seguridad pública, las autoridades pueden actuar de oficio, lo que significa que tomarán medidas legales incluso si la víctima no presenta una denuncia formal. Esto se hace para proteger a las posibles víctimas y prevenir futuros actos de violencia.
¿Te acusan de amenazas verbales?
Si te acusan de amenazas verbales, es importante tomar las siguientes medidas para proteger tus derechos y garantizar un proceso legal justo:
- Mantén la calma: Enfrentarte a una acusación por amenazas verbales puede ser estresante, pero es importante mantener la calma y no reaccionar de manera agresiva o impulsiva.
- No admitas culpabilidad: No hables con la persona que te acusa ni admitas culpabilidad antes de consultar con un abogado. Cualquier declaración que hagas podría ser utilizada en tu contra.
- Consulta a un abogado: Busca cuanto antes la asesoría de un abogado especializado en derecho penal con experiencia en delito de amenazas. Tu abogado podrá evaluar la situación, brindarte consejos legales y representarte en el proceso legal.
- Conoce tus derechos: Es importante conocer tus derechos legales, como el derecho a permanecer en silencio y el derecho a tener un abogado presente durante los interrogatorios o el proceso legal.
- Reúne pruebas: Si tienes evidencia que respalda tu versión de los hechos, como mensajes de texto, grabaciones de audio o testigos que puedan dar testimonio a tu favor, proporciona esta información a tu abogado.
- Colabora con tu abogado: Trabaja estrechamente con tu abogado para construir una estrategia de defensa sólida. Proporciona toda la información relevante y sigue sus consejos.
- Prepara tu defensa: Junto con tu abogado, prepara una estrategia de defensa que pueda refutar las acusaciones en tu contra. Esto puede incluir cuestionar la credibilidad de la persona que te acusa, demostrar que las supuestas amenazas no ocurrieron o que fueron malinterpretadas, entre otros enfoques.
- Cumple con los plazos legales: Asegúrate de cumplir con todos los plazos legales y comparecer ante las citaciones judiciales según sea necesario. No cumplir con los plazos puede tener consecuencias negativas en tu caso.
- Mantén la privacidad: Evita hablar sobre el caso en las redes sociales o en público, ya que cualquier comentario puede ser utilizado en tu contra.
Estrategias de defensa legal
En un caso de amenazas verbales, la estrategia de defensa legal puede variar según las circunstancias específicas del caso, pero aquí hay algunas posibles estrategias que un abogado podría considerar:
- Demostrar falta de intención creíble: La defensa podría argumentar que las palabras pronunciadas fueron malinterpretadas o sacadas de contexto y que no había una intención real de amenazar a la otra persona.
- Mostrar falta de credibilidad de la víctima: Si es posible, la defensa podría buscar evidencia que sugiera que la persona que hizo la acusación tiene motivos para exagerar o distorsionar los hechos. Esto podría incluir pruebas de una relación conflictiva previa o un historial de hacer acusaciones falsas.
- Buscar testigos a tu favor: Si hay testigos que estuvieron presentes durante la conversación en la que se hicieron las amenazas verbales y que pueden atestiguar que las palabras no se pronunciaron de manera amenazante, su testimonio podría ser crucial para tu defensa.
- Pruebas de carácter: La defensa podría presentar pruebas de tu buen carácter y comportamiento previo, mostrando que no eres una persona violenta ni propensa a realizar amenazas.
- Cuestionar la credibilidad de las pruebas: Si las amenazas se basan en pruebas como grabaciones de audio o mensajes de texto, la defensa podría cuestionar la autenticidad de esas pruebas y argumentar que han sido manipuladas o editadas de alguna manera.
- Buscar una solución alternativa: En algunos casos, podría ser posible llegar a un acuerdo con la otra parte para resolver el conflicto de manera pacífica, lo que podría resultar en la retirada de los cargos o en la modificación de las acusaciones.
- Considerar la defensa basada en la libertad de expresión: Dependiendo de las leyes y regulaciones aplicables, en algunos casos podría argumentarse que las palabras utilizadas estaban protegidas por la libertad de expresión y que no constituían una amenaza real.
- Explorar la posibilidad de un trastorno de salud mental: Si el acusado tiene un historial de problemas de salud mental, la defensa podría argumentar que las amenazas fueron el resultado de una condición mental y que el acusado no tenía la intención de llevar a cabo ninguna acción dañina.