¿Te acusan de un homicidio imprudente (delito de homicidio imprudente) por un accidente de tráfico y no sabes qué hacer? En este artículo te explico lo que debes hacer si te acusan por un un homicidio imprudente por un accidente de tráfico.

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Qué es un homicidio imprudente
¿Qué es un homicidio imprudente? Según la legislación española, para que haya un homicidio imprudente (delito de homicidio imprudente), se deben dar las siguientes circunstancias:
- Debe haber una acción negligente a consecuencia de la cuál muere alguien.
- La muerte no se puede atribuir a otras causas (es consecuencia directa de la acción negligente).
- El autor de la imprudencia no perseguía la muerte de nadie, en cuyo caso sería un asesinato.
- La acción es intencionada (no se trata de un mero accidente).
- La persona que comete el acto sabe (o debería saber) que su acción puede causar la muerte de alguien.
- La acción que ha causado la muerte viola alguna ley o alguna norma. Si la acción no estaba prohibida expresamente, no sería un delito (eso no implica que no haya responsabilidad).
La imprudencia se puede deber a una acción o a una omisión. En este último caso, el autor del delito de imprudencia debería haber hecho algo para evitar la muerte de la víctima.
En España, la mayoría de los homicidios imprudentes son resultado de una imprudencia conduciendo un vehículo a motor o un ciclomotor. Con diferencia, la mayoría de los homicidios imprudentes se producen por un accidente de tráfico.
Homicidio imprudente por accidente de tráfico
La mayoría de las acusaciones por homicidio imprudente en España se deben a una muerte causada por un accidente de tráfico, cuando el accidente se ha producido por una imprudencia al volante del conductor (homicidio imprudente por accidente de tráfico).
Homicidio imprudente y accidente de tráfico
Un homicidio imprudente, en general, ocurre cuando alguien muere por tu culpa, aunque no tenías intención de matarlo.
El caso más frecuente de homicidio imprudente es el de un conductor que provoca un accidente por una imprudencia y, a consecuencia del accidente, muere un tercero, por ejemplo, el conductor de otro vehículo implicado en el accidente o un peatón que cruzaba la calle en ese momento.
Muerte fortuita por accidente de tráfico
Si la muerte del tercero se produce a causa de un accidente fortuito (que no es culpa de nadie y tan sólo achacable a la mala suerte), entonces no podemos hablar de homicidio imprudente por un accidente de tráfico sino de una muerte accidental consecuencia de la mala fortuna.
El hecho de que la muerte se haya producido por un accidente de tráfico, en este caso, sería irrelevante a efectos penales y no habría ninguna responsabilidad por parte del conductor del vehículo.
El caso del peatón que cruza con el semáforo en rojo y viene un coche y se lo lleva por delante es un caso típico (siempre que le vehículo no vaya a más velocidad de la permitida en ese tramo de vía, claro).
Cuál es la pena por un homicidio imprudente por accidente de tráfico
¿Qué pena tiene un homicidio imprudente por un accidente de tráfico?
La pena por un delito de homicidio imprudente por un accidente de tráfico depende del tipo de imprudencia que ha causado la muerte de otra persona, en concreto:
Homicidio por accidente de tráfico como consecuencia de una imprudencia grave al volante
El Código Penal castiga un delito de homicidio por causa de una imprudencia grave con una pena de prisión mínima de 1 año (máximo 4 años).
Si la muerte es consecuencia de la utilización de un vehículo, la pena incluye la privación del carnet de conducir durante un período mínimo de 1 año (máximo 6 años).
Si la imprudencia ocasiona varios muertos o se trata de una imprudencia especialmente grave, el juez puede agravar la pena en uno o dos grados, dependiendo de la gravedad del hecho y del número de víctimas.
Desde la última reforma del Código Penal, el juez tiene la autoridad para condenar a un máximo de 9 años al autor de un delito de homicidio a consecuencia de una imprudencia conduciendo un vehículo.
Por ejemplo, si un conductor va bebido y atropella a un grupo de ciclistas, puede ser condenado a esta pena de 9 años de prisión. De hecho, esta modificación se hizo atendiendo a presiones de asociaciones de ciclistas.
Qué se considera una imprudencia de tráfico grave
Como he dicho, la pena por un homicidio imprudente por un accidente de tráfico causado por una imprudencia grave puede ser hasta de 9 años de prisión.
Pero ¿qué se considera imprudencia grave al volante? Pues cualquier imprudencia que el juez considere que tiene carácter grave.
La ley establece que las siguientes imprudencias siempre tienen carácter grave:
- Conducir a más de 60 km/hora por una vía urbana.
- Conducir a más de 80 km/hora por una vía interurbana.
- Conducir bajo la influencia de drogas o alcohol (superar el límite de 1.2 gramos de alcohol en sangre).
Pero esta lista de imprudencias no tiene carácter exhaustivo, es decir, que puede haber muchas otras imprudencias que un determinado juez puede considerar como imprudencias graves al volante.
Homicidio como consecuencia de una imprudencia menos grave al volante
La pena por un homicidio imprudente por accidente de tráfico depende de que la causa del accidente fuera una imprudencia grave, menos grave o leve.
Como la ley no deja claro qué es exactamente una imprudencia grave y una menos grave, la calificación de la imprudencia que ha causado el accidente de tráfico queda, por tanto, al criterio del juez.
Según la jurisprudencia, una imprudencia menos grave sería, a título de ejemplo…
- Superar ligeramente el límite de velocidad
- No ceder el paso a un vehículo que sale por nuestra derecha
- Adelantar o hacer un cambio de sentido en un lugar prohibido
- Conducir por el arcén
- Saltarse un semáforo en rojo
- Saltarse una señal de stop o un ceda el paso
- No guardar la distancia de seguridad
Sin embargo, el juez puede determinar que una determinada infracción de tráfico supone una imprudencia grave si se dan ciertas circunstancias, por ejemplo, adelantar cuando viene un vehículo de frente; o al contrario, una determinada imprudencia tiene carácter leve, por ejemplo, si la maniobra no suponía peligro alguno para ningún otro vehículo o para un peatón porque no había nadie cerca en esos momentos.
El castigo por un homicidio imprudente por causa de una imprudencia de tráfico menos grave es una multa (en este caso no hay pena de prisión).
La pena también incluye la privación del carnet de conducir durante un período mínimo de 3 menes (máximo 18 meses).
Homicidio como consecuencia de una imprudencia leve de tráfico
Los homicidios a consecuencia de una imprudencia leve de tráfico no se contemplan en el Código Penal. Es decir, que es España no es delito si alguien muere consecuencia de un accidente de tráfico causado por una imprudencia leve.
Eso no quiere decir que la persona responsable del accidente de tráfico no tenga responsabilidad alguna por la muerte de una persona.
Si una persona muere por culpa de un accidente de tráfico causado por una imprudencia, aunque sea leve, el autor o el responsable del acto imprudente es responsable de la muerte ocasionada. Tan sólo que no hay pena de prisión por dicha muerte. Sin embargo, el conductor imprudente (en este caso, la compañía de seguros) podría tener que indemnizar a la familia del fallecido a causa de la imprudencia.
Abandono del lugar del accidente
Desde la reforma del 2019, si causas un accidente de tráfico en el que muere alguien, y te marchas, además de un delito de homicidio imprudente, te pueden acusar también de un delito de abandono del lugar del accidente (no confundir con el delito de omisión del deber de socorro).
El delito de abandono del lugar del accidente se castiga con pena de hasta cuatro años de prisión (mínimo seis meses) y privación del carnet de conducir durante un periodo mínimo de un año (máximo de cuatro años).
Homicidio imprudente vs homicidio doloso
No hay que confundir un homicidio imprudente por accidente de tráfico con un homicidio doloso utilizando un vehículo a motor para matar a alguien.
En el homicidio imprudente (también llamado homicidio culposo), la muerte de otra persona no es el objetivo buscado por el conductor imprudente, tan sólo es el resultado no deseado de su imprudencia (la muerte se produce por culpa de su imprudencia al volante).
Es decir, que en un homicidio imprudente, el conductor que comete la imprudencia no tenía intención de matar a nadie, aunque debería haber sido consciente de que su imprudencia podía ocasionar la muerte de alguien, por eso se le acusa de un delito y se le pide pena de prisión.
En el homicidio doloso, el conductor busca matar a otra persona (es intencionado), por ejemplo, intentando atropellarla. No es necesario decir que este tipo de homicidio es mucho menos frecuente y que está mucho más penado que el homicidio imprudente.
Qué debes hacer si te acusan de un homicidio imprudente por accidente de tráfico
Una acusación de homicidio (cualquier tipo de homicidio) es siempre una acusación muy seria. Normalmente una acusación por homicidio imprudente viene por haber actuado con precipitación y sin considerar las consecuencias de tus propios actos.
No tropieces dos veces con la misma piedra y empieza a usar la cabeza. Si te acusan de un homicidio imprudente, debes consultar con un abogado inmediatamente. Pero no acudas a cualquier abogado. Busca un abogado penalista que tenga experiencia en casos de homicidio.
No hagas ninguna declaración en comisaría. No des explicaciones a la policía, no hables de coartadas ni de nada que esté relacionado con el delito. Lo que único que debes decir es tu nombre y que te acoges a tu derecho a no declarar.
Espera a declarar cuando estés delante del juez, una vez que tu abogado pueda ver de qué se te acusa exactamente y qué pruebas tiene la policía en tu contra.
No hables del asunto con nadie que no sea tu abogado, especialmente con tu compañero de celda, porque es muy probable que luego lo citen como testigo si haces cualquier comentario incriminatorio que se pueda utilizar en tu contra.
La defensa legal de un delito de homicidio imprudente por un accidente de tráfico
En una acusación por un delito de homicidio involuntario no es necesario demostrar intencionalidad, puesto que el dolo no es un requisito para este delito. Lo que tiene que demostrar la acusación durante el juicio es que la muerte está directamente relacionada con la actuación del acusado, con la imprudencia que ha causado el accidente de tráfico.
La acusación también tiene que demostrar que la actuación del acusado era negligente o imprudente y que el presunto autor del delito debería saber que sus actos ponían en peligro la vida de otros.
El abogado encargado de la defensa en un caso de homicidio imprudente tiene que intentar sembrar la duda sobre alguno de estos elementos, ya que sin uno de ellos, el delito de homicidio imprudente no existe.
Aquí tienes alguna de las estrategias de defensa que puede utilizar tu abogado si te acusan de un delito de homicidio imprudente:
Se trata de un caso de defensa propia
Una estrategia de defensa para un caso de homicidio imprudente consiste en demostrar que la muerte de la que te acusan se produjo cuando te defendías de un ataque por parte de la supuesta víctima, que te estaba atacando y tenía la intención de matarte.
Es necesario demostrar que no has utilizado una fuerza excesiva para defenderte, por ejemplo, que no has disparado un arma contra un hombre indefenso.
Veamos un ejemplo, supongamos que un ladrón entra en tu casa armado con una pistola. Supongamos que le clavas unas tijeras justo cuando te estaba apuntando y amenazaba con disparar y que el ladrón muere a consecuencia de las heridas. En este caso se podría decir que la muerte se produjo en defensa propia y que, por lo tanto, nadie te puede acusar de un homicidio, puesto que tu vida estaba en peligro.
Fue un accidente
A veces los accidentes son producto de la mala suerte, no necesariamente a consecuencia de una imprudencia o una negligencia. Una posible estrategia de defensa para un caso de homicidio imprudente sería alegar que la muerte fue un hecho casual producto de un accidente o mala suerte, y que el acusado no actuó de forma irresponsable o imprudente, por lo tanto, sus acciones no son de ningún modo la causa de la muerte de nadie.
Vamos a ver un ejemplo, supongamos que el bate de un jugador de baseball se rompe en pedazos al golpear con la bola, lanzada por el pitcher a una velocidad de 120 km por hora. Supongamos que una de las astillas sale disparada y se clava en la sien de otro jugador, causando la muerte. En este caso, no se puede atribuir ninguna intención criminal en el acto del jugador que ha causado la muerte, ni se puede decir que ha actuado de forma negligente o imprudente, ya que nadie podía prever que se fuera a producir el accidente. De esta manera, la muerte sería tan sólo un hecho desafortunado, pero en ningún caso producto de un delito de homicidio imprudente.
No hay pruebas del delito
Aunque un delito de homicidio imprudente es más fácil de probar que un asesinato, que requiere una intencionalidad y un deseo de matar a la víctima, el fiscal y la acusación particular tienen la carga de la prueba, es decir, que son los que tienen que demostrar que eres el responsable de la muerte de otra persona y que la muerte se ha producido a consecuencia de una acción negligente o imprudente por tu parte.
Una estrategia de defensa por parte de tu abogado puede ser desmontar las pruebas que el fiscal muestra en tu contra, por ejemplo, solicitar al juez que no las admita durante el juicio si se han obtenido sin respetar el procedimiento penal, es decir, sin las debidas garantías, por ejemplo, unas escuchas que no contaban con la autorización previa del juez.
Tu abogado también puede intentar rebatir el testimonio de un testigo, buscando contradicciones o simplemente demostrando que tiene un interés personal en tu condena y que se trata de un testimonio parcial o directamente el testigo miente.
Si tu abogado logra desmontar las pruebas que se exhiben en tu contra, el juez no podrá condenarte por falta de pruebas, aunque haya algún indicio que apunte a tu culpabilidad. Por ejemplo, si no hay pruebas de que la causa de la muerte sea una acción negligente, ya que hay otra explicación que resulta tan plausible y que no te implica como autor del delito de homicidio imprudente.
Vamos a ver un ejemplo, supongamos que la policía acusa a una mujer por homicidio imprudente después de que su coche atropellara a un peatón en mitad de la noche, causándole la muerte. Supongamos que hay un testigo que dice que el coche venía a demasiada velocidad, lo que supone una imprudencia al conducir, por superar el límite de velocidad y poner en peligro la vida de otras personas.
Supongamos que tu abogado consigue el testimonio de otro testigo, igual de fiable, que dice que el coche no venía a una velocidad excesiva. Además, otros testigos dicen que la víctima vestía prendas de color oscuro y que no se le veía bien a causa de la oscuridad de la noche. Además, la víctima cruzó la calle por un lugar donde no había ningún cruce de peatones ni un semáforo en rojo.
Dada la declaración de estos otros testigos, es muy probable que el juez no condene a la mujer por un delito de homicidio imprudente.
Se trata de un error
En ocasiones, la policía comete un error y acusa a la persona equivocada. Si no eres responsable del delito de que se te acusa, tu abogado tiene que buscar pruebas que demuestren que estabas en otro sitio, o bien que el culpable es realmente otra persona.
La policía tienen un gran interés por resolver los crímenes, y a veces actúa con excesivo celo y detienen a todos aquellos que se encontraban en la escena de un crimen, sin saber muy bien si todos tenían relación directo con el delito que se investiga.
Pero en un juicio es responsabilidad del fiscal aportar pruebas que demuestren que eres culpable del delito de que se te acusa, y que no se trata simplemente de que pasabas por allí en el momento equivocado.
Vamos a poner un ejemplo, supongamos que un coche se salta un semáforo en rojo y golpea a un niño que cruzaba en ese momento. Luego se da a la fuga. Los testigos dan versiones contradictorias sobre el tipo de vehículo que ha ocasionado el accidente.
Finalmente la policía detiene al conductor de un coche que coincide con la descripción de algunos de los testigos, quizás la mayoría. Pero eso no quiere decir que se trate del culpable, muchos coches responden a una misma descripción, lo que podría dar lugar a un error de identificación del culpable. En el juicio, el fiscal tiene que demostrar que sin lugar a dudas se trata del autor del delito de homicidio imprudente.