¿Te han denunciado por un delito de odio (acusado de un delito de odio) no sabes qué hacer? En este artículo te explico lo que deberías hacer si te denuncian por un delito de odio en España.

Somos abogados expertos en delito de odio
Llama para consultar tu caso
LA PRIMERA CONSULTA ES GRATUITA
☏ 916 64 64 38
Qué hacer si te han denunciado por delito de odio
Que te acusen de un delito de odio en España no es algo menor, ya que el delito de odio siempre se castiga en nuestro Código Penal con pena de prisión.
Aquí tienes una serie de consejos que deberías seguir si alguien te denuncia por delito de odio en España:
Mantén la calma
Para hacer frente a una acusación por delito de odio, lo primero que tienes que hacer es mantener la calma, aunque debes ser consciente de que tienes un grave problema. Si no te lo tomas en serio, una acusación por un delito de odio te puede llevar a la cárcel.
En España, quien acusa tiene la carga de la prueba. Es decir, que la persona que acusa tiene que demostrar con pruebas (obtenidas legalmente) que has cometido algún delito.
Muchas personas acusadas de un delito grave como el delito de odio pasan por una fase de negación y no hacen nada hasta que ya es muy tarde para organizar su defensa legal.
Supongamos que alguien te acusa de un delito de odio y no te tomas en serio la acusación, porque piensas que se trata de algo sin importancia. Si no tomas inmediatamente medidas, te puedes encontrar con una condena que te puede llevar a la cárcel.
Busca un abogado experto en Derecho Penal
Si te acusan de un delito de odio, lo primero que debes hacer es buscar un buen abogado, cuanto antes, mejor. Pero no contactes con cualquier abogado, busca un abogado penalista que sea experto en la defensa de personas acusadas de un delito de odio.
Una acusación por un delito de odio es un asunto demasiado serio como para ponerse en manos de cualquier abogado. Muchos abogados trabajan sobre todo en temas civiles y de familia (divorcios y demás), no son especialistas en Derecho Penal.
Tu abogado te informará de tus derechos, por ejemplo, si tienes obligación de permitir a la policía que registre tu vivienda.
También te informará de la pena que te podría caer si resultas condenado por un delito de odio.
También te dará consejos sobre lo que debes o no debes decir durante el juicio.
También te aconsejará sobre la conveniencia de llegar a un acuerdo con el fiscal para que reduzca la gravedad de la acusación.
Una vez que hayas encontrado un buen abogado penalista, tienes que confiar plenamente en su criterio.
Lo ideal es que el juez de instrucción archive la denuncia, pero un buen abogado debe estar preparado para llegar a juicio si es necesario.
Por desgracia, muchos abogados tienen miedo de ir a juicio y buscan llegar a una conformidad con fiscalía admitiendo la culpabilidad de su defendido a cambio de una reducción en la pena, sin ni siquiera intentar una defensa.
Hay quien piensa que porque tengas un abogado particular, los jueces pensarán que eres culpable. De hecho, ocurre al contrario, si tienes un abogado desde el primer momento en que alguien te acusa de haber cometido un delito, es más probable que puedas demostrar tu inocencia.
Si no haces nada para desacreditar las pruebas que aporta la acusación, es mucho más probable que te condenen en un juicio.
Según la Constitución, toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Sin embargo, si no cuentas con un buen abogado que te ayude a desmontar la versión de la acusación, puede que finalmente demuestren tu culpabilidad.
Importante: no ocultes información a tu abogado pensando que algo no es relevante o que no va a salir en el juicio, porque mi experiencia es que siempre sale.
Si en el juicio sale algo que tu abogado desconocía, no tendrá preparada una estrategia de defensa y el caso se puede torcer en tu contra, porque puede que los hechos te dejen en muy mal lugar.
No hables con nadie sobre el tema
No hables con nadie sobre la acusación de un delito de odio. Esto incluye amigos, familiares o compañeros de trabajo, ya que el fiscal podría citarlos como testigos para que declaren en el juicio.
Recuerda que los testigos están obligados a decir la verdad en un juicio y que casi nadie se atreve a cometer un posible delito de falso testimonio e ir a la cárcel por salvarte a ti, por muy amigos tuyos que sean.
No declares en comisaría, es tu derecho
Salvo que tu abogado te diga lo contrario, no digas nada si te llaman a declarar en comisaría (es tu derecho constitucional). Esto es lo que hacen los delincuentes habituales, por algo será.
Casi siempre es mejor esperar a dar tu versión de los hechos delante del juez de instrucción, una vez que tu abogado haya podido ver los cargos que la policía tiene contra ti.
No pienses que el hecho de acogerse a tu derecho a no declarar en comisaría te hace parecer culpable. Acogerse a tu derecho a no declarar en comisaría no indica nada sobre tu culpabilidad.
Otra cosa sería negarse a declarar ante el juez, pero para ese momento tu abogado habrá podido ver los cargos y te habrá aconsejado sobre lo que tienes que decir.
Puede que no hayas hecho nada y que seas totalmente inocente de lo que se te acusa, pero también puede ocurrir también que, sin buscarlo, te hayas metido en un lío. Declarando en comisaría no vas a arreglar nada y tan sólo puedes empeorar las cosas.
No intentes convencer a la policía de tu inocencia
Si alguien te acusa de un delito de odio, aunque sea una acusación falsa o un error, no cedas a la tentación de intentar convencer a la policía de que no has cometido el delito de que te acusan. Lo mejor es decir, NO voy a decir nada si mi abogado no está presente.
Tu abogado es el único capacitado para valorar si tu participación en los hechos de que se te acusa suponen, por ejemplo, un caso de colaboración necesaria, de encubrimiento, o de causa mayor.
Salvo que te lo aconseje tu abogado, lo mejor es permanecer callado y no responder a las preguntas de la policía. Es la única opción que, al menos, te asegura que no vas a empeorar las cosas.
No te preocupes, que tendrás tu oportunidad para dar tu versión de los hechos cuando estés delante del juez. El hecho de no haber declarado en comisaría no te hace parecer culpable a sus ojos, pero si dices algo que pueda perjudicarte, luego es muy difícil desdecirse, ya que no resulta creíble.
Además, todo el mundo está tan nervioso cuando declara ante la policía, especialmente si eres inocente, que es muy posible que, al contar tu versión de los hechos, olvides algunos detalles que quizás recuerdes cuando estés delante del juez.
El hecho de que la versión que has dado a la policía no coincida exactamente con la que das delante del juez puede parecer que estabas ocultando cosas, o que te has inventado algo, aunque en realidad sea tan sólo un fallo de memoria debido a los nervios. Por eso, es mejor acogerse a tu derecho a no declarar delante de la policía.
Es mucho mejor explicar tu versión de los hechos a tu abogado durante la reunión en privado a la que tienes derecho. Tu abogado es quien puede valorar si tienes algo que ver con aquello de lo que se te acusa o si se trata de un error. Puede que tu participación en los hechos, por pequeña que sea, pudiera ser constitutiva de un delito de colaboración o de encubrimiento. Por eso es mejor dejar que sea tu abogado el que te diga qué es lo que deberías declarar ante el juez.
Recuerda que la policía no está para decidir si eres inocente o culpable, sino para investigar los hechos por orden del juez.
No mientas a la policía
Si la policía te pregunta algo, nunca mientas. Mentir siempre te deja en un mal lugar, además de que podría constituir un delito de entorpecimiento a la justicia.
Es mejor acogerse a tu derecho a no declarar que insistir en algo que luego se puede demostrar fácilmente que no es verdad.
Escribe un relato de los hechos
Escribe en un relato pormenorizado de tu versión de los hechos. Esto te ayudará a recordar hasta el último detalle.
Dale una copia del relato a tu abogado, para que se haga una idea clara de lo que ha ocurrido.
Busca pruebas de tu inocencia
Intenta reunir pruebas de que eres inocente y de que tú no has cometido los hechos que se te imputan.
Recuerda que la policía o la persona que te ha denunciado es quien tiene que demostrar que eres culpable; mientras tanto, se presume que eres inocente.
Después de una acusación por un delito de odio, especialmente si se trata de un error, es necesario reunir las pruebas que demuestren tu inocencia y entregarlas a tu abogado. Sobre todo, no dejes que caigan en manos de la policía, que podría utilizarlas en tu contra.
Mientras estás buscando pruebas de tu inocencia, puede que encuentres algo que te perjudica. No lo destruyas ni lo ocultes, porque esas cosas, al final, terminan saliendo a la luz. Destruir u ocultar pruebas te deja en muy mal lugar y hace que parezcas culpable a los ojos del juez.
Si encuentras algo que te perjudica, habla primero con tu abogado, que te aconsejará sobre la mejor manera de tratar el tema y te ayudará a trazar una estrategia de defensa para demostrar tu inocencia, a pesar de la existencia de pruebas en tu contra.
Haz una lista de todos los posibles testigos
Si sabes de alguien que podría testificar sobre a tu favor en el juicio, intenta conseguir su número de teléfono, pero no lo llames, espera a que lo haga tu abogado. Incluye junto a cada uno de los posibles testigos una breve biografía y un comentario sobre qué es lo que pueden aportar en tu caso.
No te limites sólo a los testigos que pueden testificar a tu favor. Incluye en la lista también aquellos que piensas que pueden testificar en tu contra y deja que sea tu abogado quien decida si merece la pena hablar con ellos antes del juicio para saber lo que van a decir.
No dejes a nadie fuera de la lista pensando que su testimonio no es relevante, deja que sea tu abogado quien decida quién es relevante y quién no lo es. A veces, testigos que el acusado piensa que no son relevantes resultan ser los más importantes para su caso.
Defiende tu inocencia
Si te acusan falsamente o por error de cometer un delito, lo normal es que se pueda demostrar fácilmente tu inocencia y cualquier abogado puede conseguir que el juez de instrucción archive la causa y que te vayas a casa sin ni siquiera un antecedente penal.
Sin embargo, a veces las cosas se tuercen. Muchas personas que han sido acusadas falsamente o por error de un delito tienen que ir a juicio para demostrar su inocencia. Ante esta posibilidad, por miedo a perder el juicio, hay abogados que prefieren llegar a un acuerdo con fiscalía para que reduzca el grado de la acusación y el juez te condene por un delito menor.
Pero un buen abogado no se asusta fácilmente e irá a juicio para demostrar tu inocencia delante del juez. Una vez que el juez te haya declarado inocente de todos los cargos, tu abogado puede demandar a la persona que te ha denunciado falsamente o a la administración de justicia para reclamar una indemnización por el tiempo pasado en prisión o por difamación.
La indemnización debería compensar, al menos, los gastos a los que has tenido que hacer frente para defenderte de la falsa acusación (costas legales), así como el sufrimiento y la carga emocional que supone verse acusado de algo que no has hecho y ante la posibilidad de entrar en la cárcel siendo completamente inocente.
Prepara tu estrategia de defensa
Un abogado penalista con experiencia en delito de odio es la persona más indicada para preparar tu estrategia de defensa, pero, por si acaso, aquí tienes algunas de las posibles defensas legales ante una acusación por un delito de odio en España:
No se trata de un delito de odio
La estrategia legal de defensa más utilizada en delitos de odio consiste en decir que los hechos no están motivados por el odio hacia ningún colectivo.
Es la acusación la que tiene que demostrar, no sólo que los hechos se han producido, sino que los hechos, agresiones o insultos, están motivados por el odio de acusado hacia un determinado colectivo protegido por ser vulnerable, ya sea una minoría étnica o religiosa, un colectivo LGTBI o una mujer.
Se trata de una reacción momentánea, puramente emocional
Para que haya delito de odio en España, no basta con hacer un comentario de tipo racista u homófobo (por poner dos ejemplos). Este tipo de comentarios se pueden deber a un «calentón».
Para que haya delito de odio en España hay que demostrar que se trata de un acto deliberado que tiene como objetivo promover una actitud de odio en la sociedad hacia una minoría o un determinado colectivo vulnerable.
Por eso, una posible estrategia de defensa sería argumentar que se trata de un hecho aislado de carácter puramente emocional, debido a un altercado con un individuo perteneciente a alguno de estos colectivos, por ejemplo, un homosexual, pero que tu intención nunca era la de promover el odio hacia ese colectivo.
Consecuencias de una denuncia por delito de odio
El delito de odio se castiga en España con penas de prisión de entre 1 y 4 años para los casos más graves.
Además, el autor de un delito de odio está obligado a pagar una multa, que establece el juez en función de sus circunstancias socioeconómicas.
Si los autores de un delito de odio en España son, por ejemplo profesores, monitores de tiempo libre o deportistas y cometen un delito de odio en el ejercicio de su profesión, pueden ser inhabilitados por el juez para el ejercicio de la misma.
Los menores se consideran especialmente protegidos. Por eso se considera un agravante cometer un delito de odio contra menores, por ejemplo, discriminando a un niño por razón de su raza o su credo.
También se considera un agravante del delito de odio difundir mensajes de odio a través de Internet en las redes sociales o utilizando las nuevas tecnologías. En este caso, la pena por un delito de odio en España son como mínimo dos años de prisión.
Qué pasa cuando te denuncian por delito de odio
Cuando te ponen una denuncia por un delito de odio en España (acusado delito de odio), la policía te va a tomar declaración para obtener todos los detalles que necesitan para investigar el caso.
Entre tus derechos está el de acogerte a tu derecho a no declarar. Si quieres saber qué hacer si la policía te cita para tomarte declaración en comisaría, puedes leer este artículo de nuestro blog sobre qué deberías hacer si recibes una citación para declarar en comisaría.
Los agentes van a elaborar el atestado con toda la información que les facilites. Luego van a registrar los hechos en el ordenador y van a remitir el atestado al un fiscal especial para delitos de odio, que se va a encargar de la instrucción del caso
Qué se considera delito de odio
Hay una gran confusión en la opinión pública sobre qué es delito de odio. Por ejemplo, hay gente que piensa que si tu vecino te odia, está cometiendo un delito de odio; pero esto no es lo que el Código Penal considera un delito de odio.
Lo primero que debes saber es que odiar a alguien no es delito en España; si fuera así, casi todo el mundo estaría en la cárcel. Lo que es delictivo es actuar contra colectivos vulnerables o discriminar a personas que pertenecen a esos colectivos simplemente en base a prejuicios o estereotipos basados en la raza de la persona, su orientación sexual, su religión, su origen, su género, su clase social, su estado de salud o sus capacidades físicas o psíquicas.
El delito de odio (también conocido como hate crime), tal y como está recogido en el Código Penal español, es cualquier acto delictivo (físico o verbal) que se cometa contra alguien (una persona o un grupo) por alguno de los siguientes motivos:
- Porque pertenece a una determinada raza o etnia.
- Porque tiene una determinada nacionalidad o porque habla una determinada lengua.
- Porque practica una determinada religión o porque tiene ciertas creencias.
- Por razón de su sexo (motivos de género).
- Porque tiene una determinada orientación sexual.
- Por su situación familiar, por ejemplo, porque es madre soltera.
- Porque sufre una enfermedad, por ejemplo, el SIDA, o porque tiene algún tipo de discapacidad (física o mental).
Si el motivo del odio hacia otra persona no está contemplado en esta lista, entonces NO se puede decir que haya delito de odio en España.
Lo que la ley entiende como delito de odio es la agresión o el rechazo directo, no simplemente el prejuicio o las ideas racistas, ya que cada uno tiene derecho a pensar lo que quiera, siempre que no agreda o discrimine a nadie en función de sus prejuicios o de su ideología.
El delito de odio en España busca proteger al diferente y vulnerable y supone una limitación a la libertad de expresión en pro de la igualdad y la dignidad de todos los ciudadanos.
En la práctica, esto supone que la víctima del delito de odio siempre es alguien que pertenece a un colectivo vulnerable, ya sea una minoría racial o religiosa, como los musulmanes, los judíos o las personas de origen africano, un colectivo tradicionalmente perseguido, como los gays, o un colectivo históricamente discriminado, como las mujeres.
Según esto, en España sería delito de odio, por ejemplo, insultar a alguien por el hecho de ser mujer, gay, negro o musulmán; pero no sería un delito de odio insultar al vecino porque te ha hecho una faena, incluso si el vecino pertenece a uno de estos colectivos vulnerables.
El tipo de acto delictivo que se contempla como delito de odio en España incluye no sólo la violencia o la discriminación hacia esos colectivos vulnerables, sino también la simple hostilidad, el menosprecio, la humillación o el descrédito de personas por el simple hecho de pertenecer a uno de estos colectivos.
Es decir, que el elemento diferencial para que exista delito de odio en España es que la acción delictiva (física o verbal) se produzca por el odio a uno de estos colectivos vulnerables que he mencionado anteriormente.
Resumiendo, para que haya delito de odio en España:
- La víctima debe ser elegida porque representa o pertenece a un colectivo, por ejemplo, el colectivo homosexual. Así, sería delito de odio agredir a un desconocido porque aparenta ser homosexual (aunque no lo sea), pero no sería delito de odio agredir a una persona homosexual porque te ha quitado una plaza de aparcamiento (sería un delito de lesiones).
- La intención de la agresión debería ser intimidar a todo un colectivo. Por ejemplo, agredir a un desconocido que no tiene recursos tan sólo porque está durmiendo en tu portal (aporofobia) sería un delito de odio, porque intenta evitar que otras personas sin recursos duerman allí; pero no sería delito de odio golpear a una persona sin recursos que duerme en la calle porque te ha robado la cartera, si tu intención al golpearle era sólo recuperar el objeto robado.
- La reiteración del delito y la pertenencia a un determinado colectivo es un claro indicador de que se trata de un delito de odio, y no de un incidente aislado. Las personas que cometen delitos de odio suelen pertenecer a determinados colectivos extremistas y la agresión se produce cuando salen en grupo. El delito de odio raramente se comete por una persona aislada.
Importante: En España no es delito odiar a ciertos colectivos, ni siquiera hacer comentarios de tipo racista, siempre que se hagan en privado. El delito de odio supone que se realizan acciones públicas dirigidas a promover o incitar al odio hacia esos colectivos, por ejemplo, salir en manifestación contra los gays o bien organizar en las redes sociales un foro donde se difundan ideas de tipo racista, homófobas, islamófobas, sexistas, etc.
Qué acciones constituyen un delito de odio
Entre otras muchas, las siguientes acciones constituyen un típico delito de odio en España:
- Promover o fomentar de forma pública el odio, la hostilidad o la discriminación hacia personas por pertenecer a un colectivo de los considerados vulnerables.
- Incitar a la violencia contra estas personas pertenecientes a los colectivos que mencionados anteriormente.
- Escribir y distribuir material que fomente el odio o la discriminación. El mero hecho de tener el material con intención de distribuirlo ya constituye un delito de odio en España.
- Negar públicamente los delitos de genocidio o de lesa humanidad, por ejemplo, el holocausto de los nazis contra los judíos.
Qué colectivos se consideran vulnerables
El delito de odio protege a colectivos vulnerables frente a acciones de discriminación o agresión.
Uno de los problemas que tienen las personas que pertenecen a estos colectivos, por ejemplo, las personas de una minoría étnica, es que no pueden cambiar la característica que les hace vulnerables, en este caso, su raza, por lo que no pueden evitar la discriminación producto del racismo en la sociedad. Esto hace que las víctimas de un delito de odio tienen una percepción mayor de su vulnerabilidad, lo que puede provocar una baja autoestima y hasta una depresión.
Los principales colectivos que los tribunales españoles consideran vulnerables, y que por lo tanto merecen una especial protección frente a acciones de odio son los siguientes:
Personas LGTBI
La ley en España considera a las personas LGTBI como un grupo vulnerable que merece una especial protección frente a lo que se conoce como la LGTBIfobia.
El delito de odio hacia este colectivo protegido incluye…
- La discriminación por la orientación sexual, por ejemplo, hombres que se sienten atraidos sexualmente por otros hombres (homosexuales o gays).
- La discriminación por la identidad de género, por ejemplo, hombres que se sienten mujeres (persona transexual o transgénero).
Minorías raciales y extranjeros
Son colectivos que sufren los prejuicios por pertenecer a otra raza, como los gitanos. Este colectivo también incluye a los extranjeros, especialmente aquellos que vienen del continente africano, independientemente de que se encuentren en España en situación irregular.
Estos colectivos son especialmente discriminados en el ámbito laboral, donde muchas veces se les niega el acceso a un puesto de trabajo simplemente por pertenecer a alguna de estas minorías raciales.
Por lo tanto, la xenofobia está considerada en España como un caso particular del delito de odio.
Enfermos o discapacitados
A este colectivo pertenecen todos aquellos que sufren alguna enfermedad, tanto física como psíquica o mental.
Por ejemplo, es frecuente que se discrimine a las personas que sufren el SIDA tan sólo por el hecho de estar contagiadas.
También es frecuente que se discrimine a personas que sufren alguna enfermedad mental, como la esquizofrenia o el autismo.
Por ejemplo, se consideraría un delito de odio negar el acceso a un local a una persona que sufre síndrome de down, sin que haya ninguna otra razón que lo justifique.
Minorías religiosas
La constitución española protege expresamente la libertad religiosa como uno de los derechos fundamentales.
Por eso las minorías religiosas son objeto de una protección especial frente a acciones de discriminación o agresión.
La ley menciona expresamente el caso del antisemitismo como ejemplo específico de delito de odio. Esto se debe a la existencia de grupos de extrema derecha que profesan la ideología neonazi, que incluye el antisemitismo como uno de sus rasgos principales.
Otro de los colectivos especialmente protegidos por la ley son los musulmanes, y los tribunales españoles contemplan la islamofobia como un caso particular del delito de odio asimilable al antisemitismo.
Los musulmanes, además, son muy fácilmente identificables por las prendas que llevan: el burka, el niqab, el chador, el khimar, el al-amira, el hiyab y la shayla en el caso de las mujeres y el kafiyyeh y la chilaba en el caso de los hombres. El caso de las mujeres musulmanas son doblemente protegidas, por el hecho de ser mujeres y por ser musulmanas.
Los casos de islamofobia se han incrementado en España a raíz del aumento de la inmigración de personas del norte de África y, especialmente, a raíz de los atentados por terroristas islamistas en Europa.
Dado que la religión católica es predominante en España, los católicos no están protegidos por el delito de odio, y cualquier agresión hacia una persona por ser católico se consideraría un delito de lesiones. El mismo caso se aplica a los agnósticos.
Minorías ideológicas
La Constitución española recoge la libertad de pensamiento como uno de los derechos fundamentales de los españoles. Por eso no es de extrañar que la ley proteja a grupos perseguidos por su ideología.
El caso típico de delito de odio por razones ideológicas en España es cuando un colectivo organizado de extrema derecha, los conocidos como movimientos skins (llamados skinheads), agreden a una persona a la que identifican como miembro de un colectivo de izquierdas (antifascista) o de un colectivo nacionalista o independentista.
Si bien los casos de agresiones a independentistas vascos se ha reducido a raíz de la derrota de ETA, se han incrementado los incidentes contra catalanes a raíz de la declaración de independencia del gobierno catalán.
Estos grupos ultras frecuentemente se encuentran entre los aficionados a ciertos clubes de fútbol, como el caso de los ultrasur del Real Madrid.
Personas pobres o sin techo
A raíz de algunos incidentes contra personas que duermen en la calle, los tribunales consideran la aporofobia (odio al pobre) como un caso particular del delito de odio.
Agredir a alguien por el único hecho de que duerme en un banco o en un portal se considera, por lo tanto, como un delito de odio en España.
Dada la situación de marginalidad en la que viven muchos colectivos inmigrantes, es frecuente que las víctimas del delito de odio por aporofobia tengan también la condición de extranjero y de minoría étnica.
El caso más conocido de delito de odio por aporofobia se produjo en el año 2005, cuando un grupo de jóvenes prendieron fuego a una persona sin hogar que estaba durmiento en un cajero.
Qué es el discurso de odio
El discurso de odio es un tipo de delito en España que consiste en fomentar o incitar al odio, a la violencia o a la discriminación de grupos de personas simplemente por su sexo, por pertenecer a una determinada etnia, por tener una determinada ideología o practicar una determinada religión, por ser de otra nacionalidad, por su orientación sexual o porque tiene algún tipo de discapacidad.
Al igual que en el caso del delito de odio, el discurso de odio, para que sea delictivo, debe hacerse en contra de colectivos vulnerables, como, por ejemplo, mujeres, personas de raza negra, inmigrantes, musulmanes o gays.