En este artículo te explico qué es el delito de coacciones.
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El delito de coacciones
En España, el delito de coacciones está contemplado en el Código Penal en su artículo 172. Según la ley, se considera coacciones a aquellos actos que fuerzan a otra persona a hacer algo que no desea, mediante violencia o intimidación. Por lo tanto, el delito de coacciones es un delito contra la libertad de otra persona, a la que se impide actuar según su propia voluntad o se le obliga a hacer algo que no deseaba hacer.
En concreto, el artículo 172 del Código Penal establece que «el que, sin estar legítimamente autorizado, impidiere a otro con violencia hacer lo que la ley no prohíbe, o le compeliere a efectuar lo que no quiere, sea justo o injusto, será castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años o multa de 12 a 24 meses, salvo que el hecho esté castigado con pena más grave en otro precepto de este Código».
Dicho de otra manera, las coacciones son utilizar la violencia sin estar autorizado o legitimado para forzar a otra persona a hacer algo que no quiere hacer, aunque sea algo justo o bueno para ella, o impedirle que haga algo que desea hacer, aunque sea algo injusto. Sin embargo, impedir a alguien hacer algo manifiestamente ilegal, aunque sea utilizando la violencia, no sería un delito de coacciones.
El uso de la violencia no sólo se refiere al uso de la fuerza física, sino que también incluye la intimidación. La intimidación incluye, entre otras cosas, vigilar o perseguir a una persona, o contactar continuamente con ella, sea cual sea el medio utilizado, incluido hacerlo a través de terceras personas. Por ejemplo, sería un delito de coacciones cuando el propietario de una vivienda persigue a los inquilinos o les llama insistentemente para que le paguen la renta.
Dicho de otra manera, las coacciones pueden ser ejercidas tanto de forma física como psicológica y pueden ser objeto de denuncia por cualquier persona que haya sido víctima de ellas. La pena por el delito de coacciones puede variar dependiendo de la gravedad de la situación y las consecuencias que hayan generado las mismas.
En España, la ley establece que la denuncia por coacciones puede ser realizada en cualquier momento dentro del plazo de prescripción del delito, el cual puede variar según la gravedad del mismo y se sitúa entre los 3 y los 15 años.
En conclusión, en España el delito de coacciones es un delito grave que puede tener importantes consecuencias legales y penales. Si crees que has sido víctima de coacciones, es importante que denuncies el hecho ante las autoridades y busques asesoramiento legal para defender tus derechos y obtener justicia.
Dependiendo de la gravedad de las coacciones, hablamos de un delito de coacciones (tipo básico) o de un delito leve de coacciones (anteriormente una falta de coacciones). El delito leve de coacciones no se persigue de oficio, sino que requiere que haya denuncia previa por parte de la persona sujeta a coacciones.
¿Qué pena lleva el delito de coacciones?
En España, el delito básico de coacciones se encuentra tipificado en el artículo 172 del Código Penal y está castigado con pena de prisión de seis meses a tres años o multa de 12 a 24 meses, salvo que el hecho esté castigado con pena más grave en otro precepto del Código Penal.
El delito de coacciones está castigado con una pena de prisión de seis meses a tres años o una multa de 12 a 24 meses, según sea la gravedad del delito
El Código Penal establece que la pena puede ser agravada si se dan determinadas circunstancias, como el uso de armas, la realización de amenazas graves o la pertenencia a una organización criminal, entre otras.
Pena por matrimonio forzado
Forzar mediante coacciones a otra persona a contraer matrimonio está castigado con una pena de prisión de seis meses a tres años y seis meses o con multa de doce a veinticuatro meses. También lleva la misma pena coaccionar a alguien para que abandone el país.
Es importante tener en cuenta que las penas establecidas en el Código Penal son orientativas y que en cada caso se deben valorar las circunstancias específicas del delito para determinar la condena que corresponde. Por lo tanto, la pena final puede variar dependiendo de la gravedad de los hechos, las circunstancias que los rodean y las pruebas que se presenten durante el juicio.
En todo caso, es importante destacar que las coacciones son un delito grave que puede tener importantes consecuencias legales y penales para el acusado. Por esta razón, es recomendable buscar asesoramiento legal y colaborar con las autoridades durante la investigación del caso.
Agravantes del delito
El Código Penal español establece una serie de circunstancias agravantes que pueden aumentar la gravedad de las coacciones y, por tanto, la pena impuesta por este delito. Algunas de las circunstancias agravantes más comunes son las siguientes:
- Uso de violencia o intimidación grave: Si las coacciones se llevan a cabo mediante el uso de violencia o intimidación grave, se considera una circunstancia agravante que puede aumentar la pena impuesta.
- Uso de armas: Si las coacciones se llevan a cabo mediante el uso de armas, la pena puede ser agravada debido a la mayor peligrosidad de la situación.
- Coacciones a menores o personas vulnerables: Si las coacciones se llevan a cabo a menores de edad o personas con discapacidad física o psicológica, se considera una circunstancia agravante debido a la mayor vulnerabilidad de estas personas.
- Pertenencia a una organización criminal: Si las coacciones se llevan a cabo en el marco de una organización criminal, la pena puede ser agravada debido a la mayor peligrosidad y gravedad de los hechos.
- Reincidencia: Si el acusado ha sido condenado anteriormente por un delito de coacciones, la pena puede ser agravada debido a la reincidencia.
Es importante tener en cuenta que estas circunstancias agravantes no son exhaustivas y que existen otras que pueden ser aplicables en función de las particularidades de cada caso. La determinación de las circunstancias agravantes aplicables y la pena a imponer en cada caso depende de la evaluación del juez o tribunal encargado de juzgar el caso, basándose en las pruebas presentadas durante el juicio.
El delito leve de coacciones
se considera delito leve cuando se dan los siguientes requisitos:
- Que las coacciones sean de carácter leve, es decir, que no se haya utilizado la violencia ni la intimidación grave.
- Que no se haya causado un perjuicio económico o moral importante a la víctima.
En caso de que se cumplan estos requisitos, el delito de coacciones sería considerado como delito leve y estaría castigado con una pena de multa de uno a tres meses.
Es importante tener en cuenta que la valoración de si un delito de coacciones es considerado leve o no, dependerá de las circunstancias específicas de cada caso y será determinado por el juez o tribunal encargado del mismo.
Cabe destacar que aunque el delito de coacciones sea considerado leve, sigue siendo un delito que puede tener consecuencias legales y penales para el acusado. Por lo tanto, es recomendable buscar asesoramiento legal y colaborar con las autoridades durante la investigación del caso.
Pena por delito leve de coacciones
El delito leve de coacciones lleva una pena de multa de 1 a 3 meses. Las coacciones leves contra la esposa, pareja sentimental o una persona especialmente vulnerable que conviva con el autor del delito están castigadas con una pena de prisión de seis meses a un año o de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a ochenta días.